Menos Peinetas

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sábado, 8 de octubre de 2011

Vuelve el MAESTRO (en mayúsculas)

   El pasado miércoles fui conocedor de una gran noticia, tanto para mí, como para el colectivo fallero de nuestra ciudad: José Manuel Alares vuelve a plantar falla.
   Quizás alguno de los que ahora están leyendo esta entrada, no conozcan a José Manuel, y que únicamente tengan como referente, la noticia en la que se decía que tenía que cerrar el taller el pasado mes de junio, puesto que no tenía, a esa fecha, ninguna falla contratada. Como siempre, sólo nos llama la atención aquello que por tremendo, sorprende.
   Detrás de ese corpachón lleno de cicatrices, pocos pueden descubrir que hay un corazón de niño. Un corazón que quedó atrapado entre músculos, huesos y negaciones, ante las cuales supo reaccionar con arte, brindándonos un soplo de aire fresco entre tanta y tanta repetición de un estilo, una pintura y un aburrimiento de ideas que amenazaba por acabar con la ilusión de quien de niño es fallero, le gustan las fallas y se cansa de ver siempre lo mismo.
   Yo tuve, como prácticamente todos los “malalts de falles” desde mi ya abandonada, hace muuuchos años juventud, la suerte de ver unas fallas que se salían de lo corriente, en demarcaciones como Albacete- Marvá y Obispo Amigó- Cuenca, y que te dejaban con ganas de volver, al año siguiente, a esas calles, por si volvíamos a encontrarnos otro trabajo de ese señor. Entonces las fallas infantiles no eran más que una excusa para engordar el censo de una falla y obtener recursos para la fiesta y para la falla gran. Nadie las incluía ni en el Turista Fallero, ni en Festivitat, ni en el Coet… También eran los laboratorios de pruebas de quien, siendo aprendiz en un taller, quería “hacer sus prácticas” en la calle, con la intención de, años después, poder plantar fallas mayores. En algunas comisiones, en cambio, siempre ha existido la cultura de la falla infantil, cabalgatas infantiles, fiestas para niños… comisiones en las que los niños, no eran esa cuota que ayudaba después a tener barras libres en fallas. Sin ir más lejos y renombrando a una falla vecina, no tengo más que citar a Albacete- Marvá.
   Claro, a José Manuel, imbuido de ese espíritu, no le resultó difícil dejarse llevar por su instinto, para ir poco a poco, pero sin pausa hasta nuestros días, a no dejar de evolucionar en su estilo y en sus formas, hasta llegar a un punto, quizás de una evolución creativa por encima del gusto general, que como aquel famoso anuncio de Renault, donde un dálmata se baja del coche sin manchas y estas le llegan poco después, seguro que acabará alcanzándole.
   No es mi intención relacionar las más de 100 fallas infantiles que José Manuel ha ofrecido a los niños de 0 a 99 años de nuestra tierra. Tampoco lo son aquellas fallas que han marcado un antes y un después de la fiesta. Menos aún a aquellos que aprovechándose de él, han hecho crecer la leyenda del eterno cascarrabias, disconforme con todo lo que le rodea. Es simplemente un artista que vive de su trabajo y que además es lo que más le gusta.
   Rodeado de sus ninots, bocetos, taburete, naya donde se pueden ver los últimos moldes que se resigna a hacer desaparecer de los trabajos de toda una vida, es puro corazón, es arte. Si cierras los ojos, eres capaz de respirar una calle de Valéncia, el aroma a bunyols, los “¡Ay vá!!” y los “¡miraaaa!” de tantos y tantos niños que durante sus 42 años de profesión, hemos quedados impactados por sus ninots. Ninots que son, como los sueños de un niño, como nosotros mismos… si fuéramos de corcho, madera y color. Dicen que soñamos en blanco y negro, pues este daltónico, sueña en color y sus sueños llenan de luz y alegría las calles de nuestra ciudad.
   Como decía, el pasado miércoles tuve la suerte de hablar con el. Después del cierre de su taller, con la consiguiente desilusión y desánimo, únicamente se le había visto sonreír, cuando los últimos meses impartía y sigue haciéndolo, clases para el famoso módulo de FP de Artista Fallero, que patrocina el Ayuntamiento de Valéncia.
   Estaba contento, estaba nervioso (como siempre), estaba ilusionado. Sus ojos le brillaban de esa emoción que sientes la primera vez. Era el José Manuel que todos estábamos esperando y que gracias a la Comisión de la Plaça de la Mercé hará que ésta sea el próximo marzo una de las demarcaciones más visitadas de toda Valéncia. Este marzo crecerá el censo de los “malalts de falles” en la comisión de Aluders. No estaría de más que Xavi (Serra) pusieras un tenderete de los que pone ONO en cualquier esquina y vendieras la idea de nuestra enfermedad, porque nos gusta soñar, nos gusta abrir la boca contemplando una falla, nos gusta incluso aplaudir… ante tal explosión artística, crítica (cada vez menos), de ingenio y de gracia… unos enfermos de fallas.
   Mucha suerte querido amigo, mucha suerte José Manuel, tu suerte es la mía, y la de tantos y tantos niños que como tú, hemos crecido, nos han salido, a algunos canas, a otros la calva, pero que seguimos teniendo ese corazoncito que un día se nos paró delante de una falla infantil, firmada por José Manuel Alares Sales.



Tenéis parte de sus sueños en
http://www.josemanuelalares.com/

Foto de Angel Romero en Cendra Digital.com

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