El
que sabe lo que cuesta plantar una falla, y no me refiero solo al aspecto
económico, sino al de intentar mantener viva la llama, el espíritu de una
fiesta en una ciudad cuyos dirigentes parece les moleste que se siga
realizando, es lógico que agarre un cabreo del diez (o más) cuando recibe la
visita de los que coronados por el laurel que les ha impuesto el Secretario
General, rinden juicio al trabajo de todo un año en contados diez minutos.
Personas
de LA TOTAL CONFIANZA del Secretario General dirigen un triunvirato que te
juzga y, como si esto fuese la Valentia romana, te dan la libertad o te
condenan a morir en los leones, en lo que cuesta bajar del taxi, rodear como
mucho dos veces (si es la falla infantil y una si es la mayor), y vuelven a subir
al taxi. No te vuelves a acordar de ellos hasta que el Sr. Concejal, lee en el salón
de plenos de JCF el veredicto de esos diez minutos, multiplicado por las 20 o
30 fallas que conformaban tu sección y salvo honrosas excepciones, te acuerdas
para mal. Recuerdo perfectamente a quien tuve la suerte de recibir este último
ejercicio como jurado en mi comisión y recuerdo también perfectamente sus
comentarios sobre la falla, que me va a costar mucho tiempo olvidar. Juzgar una
falla, es algo serio. Se juzga el trabajo de un artista y de sus trabajadores, y en muchos casos, del veredicto de esos “voluntarios” depende el que el año
próximo, ese artista vuelva a trabajar para esa comisión.
La
Interagrupación de Fallas, reunió durante más de veinte noches los últimos dos
ejercicios a todos aquellos que quisieron participar, para intentar hacer
realidad aquella máxima de “…la mujer del
césar aparte de ser honrada, debe de parecerlo…”. Se habló de las quejas,
de las ideas, de los problemas, de las soluciones… y se elaboró un documento de
mínimos, que debería someterse al conocimiento de todos y cada uno de los
miembros de las comisiones, para que mejoraran, tallaran, pulieran y aportaran
ideas para enriquecer la propuesta, de forma que fuese una propuesta realizada
por quien paga la fiesta, por la base, por los falleros. Esperando el momento
oportuno para plantear ese documento de base a las mismas, nos sorprendió a todos, incluso a los miembros de Junta el
Sr. Lledó en la Asamblea de Presidentes del mes de Octubre.
En
ella el Sr. Concejal se dirige a la Asamblea y ofrece una propuesta creada por él y que solo el mismo y el Secretario General conocían, para
cambiar la forma de elegir a los jurados de fallas. Una propuesta planteada
en unas líneas, y en las que se obvia el detalle del problema más importante de
estos jurados: las incompatibilidades.
A
cualquier observador lo primero que sorprende es que el Sr. Concejal a la sazón
y por delegación, Presidente de la Junta Central Fallera, obvie la figura reglamentaria
del Pleno y no haga partícipe de la misma ni a su Junta Directiva, pero… para
un ente al que se acusa de un permanente inmovilismo, resulta sorprendente y
aunque no por las formas, si por el fondo, muy positivo.
Cuando
tras diversas reuniones, se aclara y se matiza la propuesta, nos damos cuenta que no se le había entendido bien, que no era votar SI o NO a esa propuesta en
la Asamblea de Noviembre o Diciembre, que era una "base" para que se abriera un
foro en la fiesta y que los falleros presentaran sus propias propuestas. Y estas se
presentan, hasta el día 5 de Diciembre, y en número de 8 o 9, elaboradas por
fallas, federaciones y sectores, con propuestas diversas, eso sí, con algunos
puntos de coincidencias entre algunas de ellas.
El
pasado día 9 de Diciembre en el Salón de Plenos, ese que no conoció la propuesta
inicial, presencia como el Sr.
Presidente de Junta, tras estudiar y releer todas y cada una de las propuestas, plantea una “resumen” y la pone a votación de los miembros del Pleno. Resultado: entre
continuas alusiones a la obligación de cumplir lo que dice el Reglamento (se
entiende el de Régimen Interno de JCF) y llamadas a la unidad y cierre de
filas, abrumadora mayoría del SI a la propuesta (cincuenta y tantos votos), 11
abstenciones y un voto en contra.
Si
los miembros del Pleno representan la voluntad de los falleros en una mayoría,
puesto que a tres por sector son elegidos por los presidentes de las
comisiones, deberían, a mi entender, llevar al mismo la voz de los mismos, esto
es, no podrían votar nada que no fuese autorizado o al menos escuchado y decidido
por sus presidentes, no hacerlo al revés, primero votar y luego justificar su
decisión personal. Y eso se podría hacer si cuando se les informa del Orden del Dia del Pleno, en él se
detallaran las votaciones que se van a celebrar en el mismo. No me vale el que alguno
pueda decir que si después, los presidentes no están de acuerdo, “… que en la
Asamblea voten lo que quieran”. Eso, para mí, es manipular torticeramente la
voluntad de quien nos elige, pero en fin, siendo importante, no es el fin de mi
comentario.
Si
el día 5 acabó el plazo para presentar propuestas, el 6, 7, 8 y el mismo 9 si,
como dice el Sr. Lledó, no hay tiempo para aplazar esta decisión, que otros
piensan que sí, podrían haberse reunido los representantes de las fallas,
federaciones y sectores que prepararon las propuestas y haber consensuado una
propuesta que hubiese ratificado el pleno, esto es consenso, y no a golpe de voto del miembro del
pleno.
Luego
hay algo que me inquieta: El ejercicio pasado se votó en Asamblea el no
modificar el Reglamento Fallero. Todos sabemos que hay artículos que están desfasados
y anulados por la entrada en vigor de la nueva Ley de Bases de Régimen Local de
las Administraciones Públicas, pero la postura digamos “oficialista” fue la de
no modificar el Reglamento vigente.
Pero
mira por donde el Reglamento de Régimen Interno de JCF, sí que se modificó y
adaptó, para incluir al Consejo Rector y este Reglamento, tiene el mismo rango
que el Reglamento Fallero. Espero que las funciones del Pleno de uno,
modificado por la propia JCF, ni se contrapongan, ni antepongan, con o sobre
las que el otro reglamento votado por TODOS los falleros, y que el Pleno no
decida por encima de la Asamblea, que hoy no lo hace directamente, pero si diciendo
lo que esta debe votar y/o no votar.
Ahora
a los presidentes se les convoca a que elijan entre la propuesta del Pleno o a
seguir como hasta ahora. Es extraño, a los presidentes de falla, se les envían todas
las propuestas presentadas, pero no se les deja votar entre ellas, solo se les
plantea la posibilidad de votar entre la que ha decidido el Pleno, o seguir
como hasta ahora… de ahí mi inquietud sobre el poder del Pleno sobre la
Asamblea.
Es
una pena, me parece que hemos perdido una ocasión maravillosa para consensuar
entre TODOS la mejor de las propuestas.
Tampoco
voy a extenderme sobre la, para mí, falta de tacto del Sr. Lledó, al
preguntarle al Gremio si quiere participar en la elección de los jurados presentando sus propios candidatos, sin esperar a que las comisiones así se lo pidieran
votándolo. El Sr. Lledó ha quedado bien con el Gremio, y los malos hemos sido las
comisiones que les hemos dicho que no.
Bueno,
el día de las trufas, o sea, la Asamblea de Diciembre, seguramente dirá SI a
que se cambie el sistema de elección de jurados. Estando de acuerdo en que hace
falta un cambio, por eso digo en el título que es una pena, como siempre las
prisas y quizá la falta de práctica a la hora de consensuar las cosas, a mi
entender, haya podido hacernos perder una oportunidad para hacer las cosas a
gusto del fallero, que repito, es el que paga y el dueño de la fiesta, aunque todos sabemos que salga como salga elegido el jurado,
al final, uno contento, otro casi y a partir del tercero… “el jurado nos ha
maltratado”.
Es mi opinión.
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