Menos Peinetas

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jueves, 22 de enero de 2015

Se levanta la veda


Si señoras, señores: se ha levantado la veda.

La veda de pegarle ostias al mono hasta que cante en inglés. La veda del respeto, de la verdad y de la objetividad. Se acercan las fallas y de todo esto ya se ha levantado la veda.
Bienvenidos al periodo anual, donde surgen todas aquellas noticias perjudiciales para la fiesta. Todas aquellas noticias, reales o producto de una mala digestión, que tienen como único fin, mostrar al mundo el verdadero rostro demoníaco de la fiesta, esa que come niños, deja sin pensión a los jubilados, quema iglesias y vota a Rita Barberá: Las Fallas.

Ya se ha levantado para aquellos que no saben si nacieron bien o mal, pero sienten por estas fechas un picazón, si es porque su parto fue dificultoso y les ha quedado esa mácula en el cerebro, o es porque la mancha de la farsa, de la mentira, del todo vale en tal de hacer daño y de salir en los papeles, les puede. Pero no nos tenemos que alarmar, eso, si no es una lesión y es un gen, no lo tenemos solo los valencianos, es generalizado en la raza humana.
También se ha levantado para los amargados. Aquellos que como no mandan en su trabajo y en su casa tampoco mandan nada, hacen la vida imposible a esos idiotas que solo hacen que molestar a los pobres e inocentes vecinos que solo quieren descansar. Amargados a los que no se les puede llamar delincuentes, porque ningún juez les ha condenado por realizar denuncias falsas a la Policía Local, con tal de hundir en la miseria a quien trastorna su sueño, Trastorno deben tener cuando muchas veces son ellos los únicos, en un bloque de 32 viviendas, a quien les molestan esos ruidos tan insoportables.
Importa poco la gente que vive de la fiesta, la riqueza que genera a la ciudad y el trabajo que da a tantos y tantos vecinos como él, el dinero que mueve, los impuestos que cobra alegremente nuestra administración por lo que la gentuza falleril crea. Tanto es lo que genera, que en 2009 la inversión de los falleros en el ejercicio, supuso una cantidad superior al presupuesto entero del Ayuntamiento de Valencia.  
Si, tienen razón, todo no es el dinero, pero si no fuera por lo que da a la ciudad esta fiesta, muchos salarios, muchas pensiones, muchas rehabilitaciones de barrios, farolas, semáforos, policías, bomberos, profesores, médicos… nos costarían muchos más impuestos de los que pagamos ahora, o directamente no los tendríamos.
Si, tienen razón, todo no es el dinero. Quiero que se callen, que no molesten, que tengan la educación que yo no tengo, que hablen en silencio, que no corten la calle, que arrimen a la pared eso tan molesto y de tan poca calidad que llaman falla, (pues para plantar “eso” es mejor no plantar nada y dejarnos en paz), ah… y que no la quemen, que hace humo y tengo asma, que la desmenucen y la tiren a un contenedor, y que paguen por la recogida de los restos, porque son unos cerdos y ensucian la ciudad… ni yo, ni el millón de visitantes que inundan la ciudad, solo la ensucian ellos.

Decía lo del gen, porque también lo tienen aquellos que vinieron de otras tierras a trabajar, porque en la suya no podían comer, no había trabajo o simplemente emigraron a Valencia por el clima, y nunca se integraron en nuestras costumbres, y no es solo eso, sino que por no entenderlas ni quererlas entender, les molestan. Esos que celebran alborozados  cuando en su pueblo tiran cabras del campanario o lancean un toro en Tordesillas, montan la de Dios echándose las manos a la cabeza cuando oyen la palabra “fallero”
Otros si, hicieron el esfuerzo de “haz lo que vieres” e intentaron entender e incluso integrarse en la tradición del pueblo que les abrió los brazos de par en par. En muchos casos, lo hacen con más interés y esfuerzo que muchos nativos, e incluso son los más fervientes defensores de la fiesta.

Eso es normal.

En todas las sociedades hay bien nacidos y mal nacidos, y que nadie vea en ello un insulto: hay estudios que dicen que alrededor de un diez por ciento de las mujeres tienen problemas en el parto. Y debe de ser eso. Ese diez por ciento, durante algunos segundos, tuvo que padecer de falta de riego, o de aire en el cerebro, porque no es lógico el enconamiento que tienen con algunos de sus vecinos, que parece ser no deben tener derecho al ocio. Solo ellos tienen derecho, y ellos deciden si tú tienes derechos o no.
Son estrictos cumplidores de la ley, (lo de no pagar a hacienda, no cuenta) y alardean de tener una vara de medir muy especial. Igual es porque no saben qué hacer con esa vara. Seguro que mas de un vecino, no fallero, incluso en su propia casa, les podría decir por donde se tienen que meter esa varita...

Siempre encontrarás en esta jauría a los que dicen haber formado parte de esa casta casposa llamada “fallera”. Igual perdieron su novia en la falla, o mandaban poco en ella, o simplemente fueron expulsados por el resto o incluso se autoexpulsaron, porque el resto no debía de estar a “su altura”.  Dicen que no hay peor cuña que la de la misma madera, y es cierto.
Es tal el resquemor, que ahora blasfeman, mienten, insultan, faltan el respeto y se arrogan el derecho a criticar despiadadamente lo que dicen conocer.

Y espera que me quedan los peores: aquellos que crean opinión sin contrastar lo que les dicen, les escriben o les filtran y luego, después de haberte puesto a los pies de los caballos, te llaman para pedir perdón, incluso… alentan rectificaciones, sabiendo que su objetivo se ha cumplido: un gran titular. El mal ya está hecho, pero eso les importa una mi…rda. 
Cuando no tienen nada mejor que contar, y sobre todo por estas fechas, viven de ese 10% de mal paridos. De darle pábulo a aquellos que del resquemor hacen su modus vivendi y que vuelcan toda su furia, contra lo que desconocen.
Ah, y siempre encontrarán como justificarse, son maestros de la excusa, de la hipocresía y del “amigo mío, es que el jefe… " y tu siempre tienes que entenderlo.
Son defensores practicantes de la fábula de la rana y el escorpión, aquella en la que un escorpión quería cruzar un rio y le dijo a una rana que le subiese a su lomo y que le ayudara a cruzar la corriente. La rana le dijo que no, porque le picaría y moriría.
El escorpión le dijo: “no seas tonta, ¿cómo te voy a picar?, si lo hago moriremos los dos”. La rana accedió y en medio del río, el escorpión le picó. Mientras moría la rana y se ahogaba el escorpión, esta le dijo: “¿por qué lo has hecho? Vamos a morir… “ y el escorpión le respondió "lo siento mucho, pero… es mi instinto”
Esta gente que da pábulo a los mal nacidos, a pesar de todo, quiere mucho a las fallas, porque aun cuando vive de ella, el hacerles mal… forma parte de su instinto.

Dudo entre Javier Krahe y su hoguera (bastante fallera, por cierto) o la propuesta de mi amigo Miquelo: "La Guillotina..."



Es mi opinión.

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