Menos Peinetas

Menos Peinetas

lunes, 14 de noviembre de 2011

Por un nuevo orden.

    En los últimos días estamos asistiendo a un espectáculo deplorable en nuestro cada vez más pequeño mundo de las Fallas.
   La intolerancia, la descalificación sin argumentos, simplemente porque va en contra de “lo establecido como normal”, los reproches, incluso insultos, no hacen más que alejarnos del fin que creo, hace muchos años nuestra fiesta: la diversión y la crítica de lo absurdo e interesado de algunos comportamientos sociales.
   Aquí lo menos importante somos las personas, nadie tiene la verdad absoluta. Dios está en el cielo y nadie salvo el sucesor de San Pedro, el Papa Benedicto XVI, es infalible.
   Durante muchos años ha habido gente que como el césar, ha decidido quien vivía y quien no tenía derecho a vivir.
   Se han creado clanes, grupos, esferas de opinión, colectivos… falleros que partiendo de buenas intenciones, han ido  adquiriendo por trabajo, por esfuerzo, por dedicación, también por el interés, pues no deja de ser lógico que tanto trabajo, tenga su remuneración, han adquirido sus derechos, tanto de representación del colectivo fallero, como de la voz de la experiencia.
   La experiencia dicen que es un grado, y efectivamente, algunos de ellos lo tienen.
Otros han creado auténticas “castas” contra las que no se puede ir, porque tienen y defienden la verdad y hacerlo… quiere decir que no eres nadie, que no comprendes la “verdad” de la fiesta.
   Las fallas de “Especial” son las más espectaculares, las más grandes, las que más asistentes congregan, las que más repercusión mediática aglutinan. Son auténticas empresas que mueven al año cientos de miles de euros y “representan” ante el resto del mundo a la fiesta. Las fallas fueron La Merced, Na Jordana, Convento Jerusalem, luego puso en el plano de Valéncia un nuevo barrio en Campanar… Son auténticos grupos de presión e influencia, lógica por la importancia que tienen en el tejido social de la ciudad. Lógicamente cuando Nou Campanar, o Convento tosen, las modestas fallas de 7ªC se constipan. Pero hay una cosa: Las Fallas de Especial, no son las fallas, las fallas somos todas, desde las más grandes a las más pequeñas.
   Los artistas más “especiales”, la Interagrupación con sus “clásicos”, los pirotécnicos que disparan en la Plaza del Ayuntamiento, los indumentaristas que “suelen” vestir a las Falleras Mayores, y todos aquellos colectivos que participan “regularmente” en el espectáculo de la primavera, también padecen estos síntomas.
   Es lógico, repito, que aquel que por cualquier razón destaca o cuenta con los medios que otros carecen, por el paso del tiempo acabe por crear “sus” verdades, y ello es muy lícito, sólo que lo que no está bien, es que intente que su verdad, sea la de todos, la de las fallas.
   Los jurados suelen premiar las mejores obras, que suele coincidir con los gustos mayoritarios de la gente. Cuando se produce un fallo que valora nuevas tendencias, siempre se aduce en su contra el “gusto popular” y lo alejado que ha estado el jurado de él.
   Desde hace unos pocos años, los jurados se están renovando por parte del Secretario General de la Junta Central Fallera, pero, éste, cosa harto lógica, tiene aparte de los “nuevos” a gente de su confianza, gente a la que encarga los trabajos de una mayor responsabilidad, esto es, aquellos que puedan tener una mayor repercusión social.     
   Cuando se produce un cambio radical a la hora de confeccionar un jurado de una categoría muy alta, se corre el riesgo de que se monte la de 2010 en la sección especial.
Pero también, cuando se hace coincidir en un jurado a varios miembros de esos colectivos, gente perfectamente cualificada para evaluar el objeto del concurso, se corre el riesgo de enfrentar lo que juzgan con sus propios colectivos.
   Yo no se de nada, no soy nadie, no conozco de nada, no entiendo nada, ah, y lo peor de todo, parece que nunca lo voy a entender.
   Ni los más influyentes son las fallas, ni las fallas de Especial son las fallas, ni los jurados son las fallas, ni los de siempre en la Interagrupación, son las fallas, ni la Junta Central Fallera, son las fallas… esto, amigos, es de todos, to-dos.
   Nadie tiene más derecho que nadie. Uno puede ser más listo, inteligente, ocurrente, aprovechado, negociante, manipulador, original… incluso puede hasta licenciarse en la historia de las fallas, pero la fiesta no es patrimonio de nadie. Nadie tiene patente de corso para hacer con la fiesta lo que le da la gana. Nadie puede heredar la fiesta, nadie lo va a hacer, nadie se merece que todos se callen cuando él o ella hable, primero habla uno y luego el otro.
   Amigos “padres” de la fiesta, la fiesta no es vuestra, es de todos y, personalmente, no tolero que alguien cuando yo hablo me mire por encima del hombro como si le debiera la vida. Estoy cansado de salvapatrias, paso.
   El bueno de Sebas Marín, hace unos días publicó en su blog una entrada bajo el título de “Paco, que corra el aire…” o algo así, referido al concejal Paco Lledó. Creo, modestamente, que hace falta abrir muchas ventanas para que corra el aire, pero tranquilos, no os preocupéis, yo, como ya he dicho, no soy nadie, no se de nada… tan solo me gustan las fallas, trabajo para ellas y me siento muy orgulloso de tener en ellas muchísimos amigos, amigos de verdad, nada interesados ni en lo que yo pueda hacer por ellos, ni en mis “contactos”, son amigos con los que disfruto jugando al truc o bebiendo unas cervezas.
    Los de siempre seguirán haciendo lo de siempre… pero me gustaría que supieran que cada vez hay mas gente que piensa que ellos no son la fiesta, que es de todos, tuya, tuya, tuya… y también mía, y que no solo ellos tienen derecho a hablar y a que se les escuche ¿o todos los demás debemos callarnos?.

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