Menos Peinetas

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domingo, 1 de febrero de 2015

PUES CREO QUE NO DEBIÓ OPINAR.

Penúltima Asamblea General del 2015. Quinto punto del orden del día: Propuesta de Santa María Micaela – Martín el Humano. Turnos de palabra donde distintos presidentes dan su opinión y hacen pública su postura. Cuando no hay nadie más que quiera expresar su opinión toma la palabra el Sr. Lledó. “Yo no iba a intervenir, no debía opinar ni a favor ni en contra. A raíz del debate sobre un tema fallero por autonomasia, quiero dar mi opinión. Como fallero”. Y opina.

Creo que no debería haber intervenido y parte de las claves las da él.

Primero por agravio comparativo. En una Asamblea General pueden hablar los presidentes de falla o personas en quien delegue la representación, cargos directivos, delegados y vocales de JCF, y presidentes o personas delegadas de las Agrupaciones. El Sr. Lledó puede dar su opinión como presidente de JCF pero no debe hacerlo como fallero. ¿Porqué él puede opinar como fallero y yo o cualquier otro no podemos hacerlo?. Porque el Reglamento nos lo impide.

Segundo por ética. La función del presidente de una Asamblea es la de dirigir, moderar, hacer que se cumpla el reglamento, reprender las malas prácticas. Nunca la de opinar sobre una propuesta de un componente de la Asamblea. No me imagino al presidente de les Corts Valencianes intervenir como parlamentario y dar su opinión sobre una propuesta presentada por cualquier grupo. En ésta votación no influyó pero en otra más reñida podría haberlo hecho. Si quiere opinar en la Asamblea sobre una propuesta de una comisión, que le representen en su Falla y vaya en lugar de su presidente de comisión a la Asamblea. Y que intervenga estando en el otro lado del hemiciclo. Y que la Asamblea la dirija alguien con más criterio a la hora de guardar las formas.

Pero eso es difícil. Los ungidos por el dedo y no elegidos por la mayoría, hacen de su prestado dominio un cortijo (una alquería, en éste caso) particular. Y lo malo no es eso. Lo malo es ser cómplice en el silencio. Porque el que calla otorga.

En eso coincidimos Sr. Lledó: “no debía opinar ni a favor ni en contra”.


José Manuel Cort

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